Post by Lion on Feb 11, 2022 19:28:34 GMT 1
El olor del aceite quemado aun se extiende por distintos puntos de la ciudad mezclándose con los restos de vísceras y pelo quemado. La sangre tiñe los adoquines del anillo interior como una alfombra carmesí de pelo grueso mientras los restos de vísceras se pudren al sol, desprendiendo un fuerte y nauseabundo olor a muerte. El caos aun reina en la gran urbe del reino de Rockham, donde guardias y civiles se alternan y afanan en retirar los cadáveres de las calles principales cargándolos en enormes carros que se dirigen al exterior de la ciudad. Los llantos y gritos de desesperación son habituales estos días, pues son muchas las victimas desaparecidas. Se llega a convertir casi en un momento de luto improvisado cuando algunos de los miembros de la ciudad reconoce a uno de sus familiares o amigos en los carros de muertos, provocando ligeros altercados con la guardia entre suplicas de que sus muertos sean entregados para honrarlos. Tampoco faltan las escenas grotescas, donde se escuchan peleas y discusiones de aquellos que buscan sus miembros cercenados por los roedores y pelean por quien es el verdadero propietario de dicha extremidad. Los llantos de los pequeños inundan la ciudad de Bayas-Rathu, mientras se agolpan en el cuartel de la guardia preguntando por sus padres. Pero mas llamativo aun es la cantidad de padres que se agolpan contra las puertas del cuartel reclamando por sus hijos desaparecidos o raptados. Pues según se comenta por la ciudad ha habido raptos. Dicen que el ataque y la quema de carros usando aceites en distintos puntos de la ciudad no fue un casual provocado por el azar o por el caos, si no que fue un acto bien medido y calculado de los engendros que salieron de las grietas del suelo como demonios sedientos de sangre, demonios de ojos rojizos y afilados colmillos que parecían devorar y masacrar todo ser vivo que encontraban a su paso. No faltan los que llaman mentirosos a aquellos que propagan semejante rumor, y tampoco faltan aquellos que se sienten ofendidos e inician acaloradas discusiones en la ciudad de Bayas-Rathu. Parece que la tensión tras el ataque esta escalando a niveles extremos.
Por otro lado, no todos los rumores provienen del ataque en si, siendo también otro punto a resaltar la presencia de los héroes del reino y de algunos de sus allegados. Algunos acusan a estos del propio ataque, comentando que allá donde van el caos y la muerte parece acompañarles de forma inherente. Otros habla de una casa embrujada, habitada por una reina de los demonios que extendió su infesta prole por la ciudad de Bayas-Rathu en un momento de debilidad de la propia ciudad.
Pero los rumores no solo se centran en el ataque y los motivos de este, si no también en la propia naturaleza de los seres que extendieron la muerte sobre la ciudad. Algunos dicen que los cadáveres de los caídos son amontonados en carro para su posterior purga, pues se rumorea de posibles enfermedades entre los caídos del ataque. Y lo que termina por ser un secreto a voces, es la propia dirección de los carros cargados de roedores, los cuales toman destino a un punto aparatado de la ciudad en el que una foso común ha sido abierta por iniciar la quema de estos seres debido al creciente temor de una enfermedad que pudiera ser provocada por sus cuerpos repletos de sarna.
Por otro lado, no todos los rumores provienen del ataque en si, siendo también otro punto a resaltar la presencia de los héroes del reino y de algunos de sus allegados. Algunos acusan a estos del propio ataque, comentando que allá donde van el caos y la muerte parece acompañarles de forma inherente. Otros habla de una casa embrujada, habitada por una reina de los demonios que extendió su infesta prole por la ciudad de Bayas-Rathu en un momento de debilidad de la propia ciudad.
Pero los rumores no solo se centran en el ataque y los motivos de este, si no también en la propia naturaleza de los seres que extendieron la muerte sobre la ciudad. Algunos dicen que los cadáveres de los caídos son amontonados en carro para su posterior purga, pues se rumorea de posibles enfermedades entre los caídos del ataque. Y lo que termina por ser un secreto a voces, es la propia dirección de los carros cargados de roedores, los cuales toman destino a un punto aparatado de la ciudad en el que una foso común ha sido abierta por iniciar la quema de estos seres debido al creciente temor de una enfermedad que pudiera ser provocada por sus cuerpos repletos de sarna.