Post by johndoe on Sept 3, 2019 18:52:47 GMT 1
10º día de Polaris, Primer año de La Caída
He hecho una pequeña visita al templo de Kord. El sacerdote me debe varios favores por participar en la investigación sobre los fanáticos, y es un buen momento para cobrar algunos de ellos. Le he pedido que, a cambio de éstos, ejecute un pequeño ritual por mí:
-Conmigo, he llevado una cajita de madera de almendro:
El almendro es un árbol relacionado directamente con la inmortalidad y con los cielos. En mi mundo había registradas varias historias y mitos sobre héroes que nacen de una almendra, o sobre como el jugo blanquecino de ésta, es la esencia de vida capaz de devolver la fertilidad a mujeres incapaces de concebir. Además es un árbol vigilante y relacionado con el "despertar". Los almendros son los primeros en anunciar la primavera, los primeros en florecer. Pero también son frágiles ya que son los primeros cuyas flores se marchitan. Está muy relacionado con lo femenino y la virginidad, así como con la gracia divina. Por último, también está relacionado con las verdades ocultas, la esencia no revelada e inmadura. La almendra es un fruto con cáscara, que oculta la sabrosa fruta; pero qué, cuando está madura, estalla. En su interior guarda el secreto escondido y la vida eterna.
-En su interior había una cinta de seda blanca:
La seda es un símbolo de la espiritualidad, metamorfosis, y por tanto: renacimiento. También del destino. Los gusanos de seda tejen, celosos, sus capullos al "final" de sus vidas. Entonces se encierran en ella. La seda es nuestro cuerpo, y nuestra alma (el gusano) se encierra en un proceso de introspección, para emerger de nuevo transformado en mariposa. Libre de volar cuando antes no podía. Es, por tanto, un proceso espiritual de iluminación.
Además, no sólo está el simbolismo popular, sino también el propio. Mi propia historia tiene mucha relación con la mariposa. La diosa patrona de nuestro pueblo es representada como tal. Además, están los coloridos pañuelos de mi pueblo. Utilizados para bailes y danzas rituales, e incluso para la defensa personal; muchos de ellos hechos de seda. Entre ellos el más importante es la Kapenia familiar. Un pañuelo que pasa de padres a hijos y que registra la genealogía y los orígenes de toda una línea de sangre. Hilado con seda representa el destino de la familia y los hilos que se ramifican a lo largo de las eras y que llegan hasta el principio de los tiempos. Un pañuelo que nunca llegó a mis manos y que provocó una catástrofe cuando, la puntada final (yo), nunca fue dada.
-Frente al sacerdote, recogí mi pelo en una coleta y con un cuchillo que él me ofreció, lo corté:
¿Por qué? El cabello, al igual que las uñas u otros miembros, está muy ligado a la esencia de los mortales y conservan una íntima relación con su propietario. Se dice que el cabello guarda nuestro espíritu y es la fuente de nuestra magia. Es por ello que se utilizan en muchos rituales, tanto religiosos como arcanos. Además es algo que sigue vivo y creciendo después de que el cuerpo muere. Ellos conservan el poder y la virtud de su dueño. En mi mundo había mitos sobre héroes que pedían su poder cuando sus cabellos eran cortados. O registros sobre rituales donde el cabello se utilizaba como el alma de la espada fundida. Se cree también que nuestros cabellos son las hebras que nos unen a nuestro destino con las que éste está tejido. El cabello es, por tanto parte del uno, y por tanto cortarlos es un sacrificio y una ofrenda. En muchas religiones aun sirven como tal, igual que la sangre. Además se sitúan sobre nuestra cabeza, la parte más cercana a los cielos, y por tanto nos conectan con los mismos. Pero también están relacionados con la tierra. Mientras ésta sería nuestra cabeza, los cabellos serían la hierba que crece, siendo también madurez; pues no es hasta la adultez que brotan junto con la fecundidad.
La simbología del cabello es amplia y podría escribir varios libros al respecto.
-Así pues, hay otro elemento más en el ritual: La luna:
La luna es el gran espejo del cielo. Es la que refleja la luz del sol. Está muy unida con lo femenino. Ella es la que marca los ritmos biológicos, la que trae la primavera, la que rige la menstruación. Ella, desde los cielos, rige los ritmos de la vida. Ella controla los planos regidos por la ley. Es la que marca el tiempo. Implicada en el paso de los meses y las estaciones. En cada ciclo muere y vuelve a resurgir. Es la belleza en la sombra, la que oculta un lado tenebroso, la que ilumina cuando llega la oscuridad. Asociada a la lechuza es la que refleja el saber, es el conocimiento teórico y conceptual. Símbolo de fecundidad, por supuesto. Ella rige las aguas. En los mares y en el cuerpo. Al igual que el cabello, tiene una simbología muy amplia que puede ser profundizada a través de los estudios de varias etnias y religiones.
Así pues, hice entrega de éstos cuatro elementos a Axel para pedirle que llevara a cabo el ritual que había diseñado. Primero debía colocar la cajita de almendro, con mi cabello, el cual até con la cinta de seda, en el altar del templo. El altar, consagrado por una criatura descendida de los mismos cielos, la cual había dejado allí su espada, ya que era una poderosa conexión con éstos. Y le pedí que durante cada noche de luna llena, procurara bendiciones sobre los cabellos. Todo esto a lo largo de un año.
Por supuesto, el sacerdote dudó. Le expliqué que comprendía la delicadeza del asunto, pero le hice ver lo importante que era para mí. Y le recordé los muchos favores que le había hecho con respecto al asentamiento mismo del templo. Quiso saber para qué era todo aquello, y le expliqué una buena parte: Le dije que aquello sería utilizado para elaborar un poderoso amuleto que protegería a una persona la cual, en un futuro cercano, estaría en un grave peligro. Preocupado me preguntó por sus antecedentes, y le tranquilicé diciéndole que, en primer lugar, el ritual, aunque utilizaba elementos sagrados, no era religioso. Y también que ésta persona no era opuesta a las enseñanzas de Kord ni una amenaza para el mismo. También le expliqué que no sólo se trataba de eso, también era algo muy importante para mí: una forma de buscarme a mí misma. Le conté que mis orígenes son diferentes a los de cualquier otro mortal, y que porto el linaje de una criatura celestial. Que por eso debía utilizar el templo. Los templos son uniones con los cielos, escaleras de ascensión para las almas de muchos creyentes. También le dije que comprendía perfectamente la delicadeza del asunto, pero le aseguré que era un ritual completamente inocuo. Finalmente aceptó y se comprometió a llevar a cabo.
-Conmigo, he llevado una cajita de madera de almendro:
El almendro es un árbol relacionado directamente con la inmortalidad y con los cielos. En mi mundo había registradas varias historias y mitos sobre héroes que nacen de una almendra, o sobre como el jugo blanquecino de ésta, es la esencia de vida capaz de devolver la fertilidad a mujeres incapaces de concebir. Además es un árbol vigilante y relacionado con el "despertar". Los almendros son los primeros en anunciar la primavera, los primeros en florecer. Pero también son frágiles ya que son los primeros cuyas flores se marchitan. Está muy relacionado con lo femenino y la virginidad, así como con la gracia divina. Por último, también está relacionado con las verdades ocultas, la esencia no revelada e inmadura. La almendra es un fruto con cáscara, que oculta la sabrosa fruta; pero qué, cuando está madura, estalla. En su interior guarda el secreto escondido y la vida eterna.
-En su interior había una cinta de seda blanca:
La seda es un símbolo de la espiritualidad, metamorfosis, y por tanto: renacimiento. También del destino. Los gusanos de seda tejen, celosos, sus capullos al "final" de sus vidas. Entonces se encierran en ella. La seda es nuestro cuerpo, y nuestra alma (el gusano) se encierra en un proceso de introspección, para emerger de nuevo transformado en mariposa. Libre de volar cuando antes no podía. Es, por tanto, un proceso espiritual de iluminación.
Además, no sólo está el simbolismo popular, sino también el propio. Mi propia historia tiene mucha relación con la mariposa. La diosa patrona de nuestro pueblo es representada como tal. Además, están los coloridos pañuelos de mi pueblo. Utilizados para bailes y danzas rituales, e incluso para la defensa personal; muchos de ellos hechos de seda. Entre ellos el más importante es la Kapenia familiar. Un pañuelo que pasa de padres a hijos y que registra la genealogía y los orígenes de toda una línea de sangre. Hilado con seda representa el destino de la familia y los hilos que se ramifican a lo largo de las eras y que llegan hasta el principio de los tiempos. Un pañuelo que nunca llegó a mis manos y que provocó una catástrofe cuando, la puntada final (yo), nunca fue dada.
-Frente al sacerdote, recogí mi pelo en una coleta y con un cuchillo que él me ofreció, lo corté:
¿Por qué? El cabello, al igual que las uñas u otros miembros, está muy ligado a la esencia de los mortales y conservan una íntima relación con su propietario. Se dice que el cabello guarda nuestro espíritu y es la fuente de nuestra magia. Es por ello que se utilizan en muchos rituales, tanto religiosos como arcanos. Además es algo que sigue vivo y creciendo después de que el cuerpo muere. Ellos conservan el poder y la virtud de su dueño. En mi mundo había mitos sobre héroes que pedían su poder cuando sus cabellos eran cortados. O registros sobre rituales donde el cabello se utilizaba como el alma de la espada fundida. Se cree también que nuestros cabellos son las hebras que nos unen a nuestro destino con las que éste está tejido. El cabello es, por tanto parte del uno, y por tanto cortarlos es un sacrificio y una ofrenda. En muchas religiones aun sirven como tal, igual que la sangre. Además se sitúan sobre nuestra cabeza, la parte más cercana a los cielos, y por tanto nos conectan con los mismos. Pero también están relacionados con la tierra. Mientras ésta sería nuestra cabeza, los cabellos serían la hierba que crece, siendo también madurez; pues no es hasta la adultez que brotan junto con la fecundidad.
La simbología del cabello es amplia y podría escribir varios libros al respecto.
-Así pues, hay otro elemento más en el ritual: La luna:
La luna es el gran espejo del cielo. Es la que refleja la luz del sol. Está muy unida con lo femenino. Ella es la que marca los ritmos biológicos, la que trae la primavera, la que rige la menstruación. Ella, desde los cielos, rige los ritmos de la vida. Ella controla los planos regidos por la ley. Es la que marca el tiempo. Implicada en el paso de los meses y las estaciones. En cada ciclo muere y vuelve a resurgir. Es la belleza en la sombra, la que oculta un lado tenebroso, la que ilumina cuando llega la oscuridad. Asociada a la lechuza es la que refleja el saber, es el conocimiento teórico y conceptual. Símbolo de fecundidad, por supuesto. Ella rige las aguas. En los mares y en el cuerpo. Al igual que el cabello, tiene una simbología muy amplia que puede ser profundizada a través de los estudios de varias etnias y religiones.
Así pues, hice entrega de éstos cuatro elementos a Axel para pedirle que llevara a cabo el ritual que había diseñado. Primero debía colocar la cajita de almendro, con mi cabello, el cual até con la cinta de seda, en el altar del templo. El altar, consagrado por una criatura descendida de los mismos cielos, la cual había dejado allí su espada, ya que era una poderosa conexión con éstos. Y le pedí que durante cada noche de luna llena, procurara bendiciones sobre los cabellos. Todo esto a lo largo de un año.
Por supuesto, el sacerdote dudó. Le expliqué que comprendía la delicadeza del asunto, pero le hice ver lo importante que era para mí. Y le recordé los muchos favores que le había hecho con respecto al asentamiento mismo del templo. Quiso saber para qué era todo aquello, y le expliqué una buena parte: Le dije que aquello sería utilizado para elaborar un poderoso amuleto que protegería a una persona la cual, en un futuro cercano, estaría en un grave peligro. Preocupado me preguntó por sus antecedentes, y le tranquilicé diciéndole que, en primer lugar, el ritual, aunque utilizaba elementos sagrados, no era religioso. Y también que ésta persona no era opuesta a las enseñanzas de Kord ni una amenaza para el mismo. También le expliqué que no sólo se trataba de eso, también era algo muy importante para mí: una forma de buscarme a mí misma. Le conté que mis orígenes son diferentes a los de cualquier otro mortal, y que porto el linaje de una criatura celestial. Que por eso debía utilizar el templo. Los templos son uniones con los cielos, escaleras de ascensión para las almas de muchos creyentes. También le dije que comprendía perfectamente la delicadeza del asunto, pero le aseguré que era un ritual completamente inocuo. Finalmente aceptó y se comprometió a llevar a cabo.
Después de ello, antes de marchar, pregunté por noticias con respecto a su caso. Me comentó que había algunas, y me reveló algo que sabía pero a lo que no presté mucha atención en su momento: las misteriosas figuras encapuchadas. Hice algunas adivinaciones, las cuales revelaron algo interesante sobre éstas criaturas. Compartí todo lo que pude con él y le di un par de sugerencias. Por último me despedí y le avisé de que estaría unos días en el sur, que si requería algo, no dudase en contactar conmigo.
Decisión dificil. Acuarela.