Post by srp on Jun 10, 2020 17:40:03 GMT 1
Han pasado penas unos meses desde que me instale en Rym, amenazado de muerte por gentes que resultaron ser socios bastante colaborativos, lejos de ser una ciudad del reino, y apartada de los ajetreos inquisitoriales en cierta manera, si no tenemos en cuenta la quema. Las gentes son parcas en palabras y en conocimientos, maleables pero en el fondo unos supervivientes, como yo, y en cierto modo se ganan mi simpatia.
Los matones locales no son un peligro, pues temen la magia y lo desconocido, pero les hago saber que mi paciencia es escasa, y parecen captar el mensaje tras alguna que otra advertencia.
Paso los dias, con ayuda de los jovenes y niños de las inmediaciones, que me hacen de recaderos, compran mi comida, y hacen encargos simples a cambio de unas monedas, alguna historia inventada o vivida de mis aventuras en la peninsula y algun truco de magia, si no me equivocco alguno hay interesado en aprender mas sobre ella, pero tengo mis dudas de sus capacidades, y que puedan entender la magia a un nivel aceptable. Los vecinos son cada dia mas accesibles, les hablo sobre la triada, los cultos druidicos y de como dependen mas de ellos mismos que de los dioses, apartados de asuntos politicos y sin saber mucho sobre religion, solo buscan a alguien docto que los ilumine con sus palabras, poder comer todos los dias y un poco de seguridad.
Los bajos fondos de cada ciudad guardan sorpresas, habitantes bastante inestables e inadaptados, un problema para cualquier clase politica o militar, pero que alguien tiene que controlar, en todo este caos, las mentes simples se ahogan, buscan una salida rapida, rumores de sacrificios de neonatos, uso de drogas para evadirse y delincuencia menor, un ambiente que disgustaria a cualquier ser con un minimo de inteligencia. No los desprecio, por ser victimas de sus circunstancias pero necesitan ayuda y quizas yo pueda darsela, a cambio de algo.
Cada dia parece el mismo, quizas sea la forma en que un elfo ve pasar el tiempo, las mismas patruyas, los mismos movimientos comerciales, solo hayuna cosa que hace que la curiosidad que llevo dentro se retuerza y me haga sentir incomodo, esa arboleda, pasando la ciudad, los sacrificios a Theia, como reza su altar, esos pensamientos envenenan mi mente y durante los periodos de meditacion necesarios para mi descanso imagino cada vez mas vividamente como me adentro en la arboleda, sintiendome observado, y disparo proyectiles magicos contra algo, acabando asi mi descanso.
Luego continuo mis paseos, observando Rym, diseccionando la ciudad mentalmente, mientras intento hacer encajar todas las piezas que la conforman de manera correcta. Una urbe mediana no es comparable a un conjuro complejo, pero es igualmente intrincanda, de dificil acceso, no me preocupa, de todas formas soy bastante obcecado.