Téchnē y Mageía I: Superstición, Conceptos y Ecos en Objetos
Aug 17, 2021 10:08:54 GMT 1
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Post by Gnoll_Rabioso on Aug 17, 2021 10:08:54 GMT 1
Téchnē y Mageía I: Superstición, Conceptos y Ecos en Objetos
Tuve dudas, pues no me importaba demasiado estar con Hans ya que la ausencia de vida en esta casa erosionaba mi existencia. No importaba lo cohibida que fuera en esos años, pues era una simple niña, tenía inquietudes, aprecio hacia la vida y experimentar mi propia historia.
Pero, no así, no como los Farwel deseaban, no era mi vida sino la suya hacia mi. Fue su padre, un hombre alto y fuerte, al menos lo recuerdo como fuerte cuando me agarró del brazo, obligándome, como adulto, a que fuera a su granja, en una fría noche veraniega, para ayudar en las porquerizas. A veces el Destino responde de maneras extrañas. En aquellos días, apenas tenía contacto con los habitantes de Rhuel y cuando estrujo mi brazo, estirandolo hacia él reaccione de la peor forma posible, con miedo, por el dolor y mi fragilidad, escupiendo palabras que no entendía pero yo sí, que se apoderaron de su razón, tocando su alma y sumiendola en la obscuridad de la superstición. Fue intencionado, y lo se, pague el precio por ello, ya que el hombretón descargó su desprecio contra mí hasta que sus ojos reflejaron un apice de arrepentimiento. El huyó a su casa, aterrado, yo arrastrándome hacia el umbral de la mía. Cuando miro hacia el pasado y hasta que me muera, lo sigo viendo como una retribución justa,; libertad y represalia, pero libertad a fin de cuentas. Hans dejó de visitarme, por decisión de su familia. Nunca fui consciente de lo dañino que fue aquello en mi crecimiento, ya que como niña tuve que combatir contra la soledad y el miedo, ya fuera oculto en el brillo extraño de una ventana, debajo de la cama o ante la rugiente tormenta en la oscuridad. Hoy, con humildad, lo aceptó sin más, como otras muchas cosas que me depara mi viaje, que tendré que visitar. Tambien ayudo a refugiarme en los libros, ya que con pocos años sabía leer y escribir, y empezaba a entender los principios de lenguas mas esotéricas por insistencia de mi madre y sus lapsos donde su voz cambiaba hacia las mismas. Una necesidad nacida del afecto hacia una madre que me ayudó cuando esta no estuvo a mi lado.
Rememoro esta escena y reflexiono mucho más, pues hace tiempo que veo el mundo como es, no con los ojos de una joven granjera de diez años. De cómo el patriarca de los Farwel observaba a mi madre cuando esta realizaba cánticos a la luz de la Luna con ropas de plata pálida, de esas emociones que incluso ahora se me hacen amargas de imaginar y de la superstición hacia mi hogar, junto con la necesidad de desabitarlo para tomar lo que no era de ellos y cuyo único guardián era una simple niña que debía ser tomada, y sufrir una apagada vida cuidando cerdos.
Una de mis obsesiones particulares, como las demás personas era la leña y el fuego, tanto para abrigarme como para ahuyentar a los lobos. Reconozco que tuve mucha suerte, ya que teníamos varias gallinas y ante la ausencia de mi madre lo primero que se me ocurrió fue dejar caer el rumor que no estaban donde siempre, conviviendo conmigo dentro de la casa para que no fueran robadas. Hasta hice un inventario en ese tiempo lejano, de provisiones de huevos según los que daban al día, entre otras pertenencias, fueran comestibles o no lo fueran.
La primera penuria que asoló la aldea fue la muerte del viejo “Marcius” un leñador afable, pero cuya vejez fue finalmente reclamada por la Parca y el destino. No puedo darte, querido lector, una explicación lógica de por que esa sonora hacha y el obtenerla me daría una seguridad, sabiendo que ni podía manejarla, pero incluso así, con una carreta pequeña llena de paja, me acerque a su hacienda, la oculte con una picardía que me sorprende incluso ahora y regrese a la protección de mi fortaleza de madera y soledad, hasta que la razón se apoderó de mí, ya que ni sabia usarla ni tenía fuerza para ello.
Dado que es una charla teórica me saltare unos pocos detalles de mi historia personal, ya que no suelo ofrecerlos, ni estoy preparada para hacerlo, tanto de mi Madre o de cómo teníamos libros que hablaban del Arte de la Magia o como era capaz de entenderla, mas alla de lo revelado ...
Una vez con el Hacha bajo el abrigo de mi habitación, comencé a divagar e imaginar cómo realizar lo que buscaba hacer con mis cortas habilidades y muchas carencias. En aquella época, era conocedora de apenas un puñado de palabras en la lengua de la Magia y que con una ejecución y formulación adecuadas eran capaces de manifestar una serie de fuerzas que moldeaban lo mundano según su simbolismo y significado.
Unas pocas de ellas se consideraban principios o fundamentos. Estos eran capaces de encarnar una cualidad, guiados a través de palabras de poder, símbolos, sígilos, y runas siendo estas tres últimas desconocidas por mi edad e incapaz de ejecutar pues jamás pude ver los intrincados gestos requeridos a través de la semántica, pero que me llevaron sin darme cuenta a desarrollar un sortilegio mucho más complejo. Presta ahora atención pues haré un inciso para explicarte el concepto de Principio o Fundamento, asociado al Arte de la Magia;
Asi pues, y a modo de ejemplo, αέρας [pronunciado áeras] es un principio o fundamento relacionado con lo elemental, concretamente con el viento, pero requiere de otras palabras en lengua arcana, como por ejemplo “Graz´ihdme” para que asuma una forma de ave, similar a un cuervo de bruma, estando condicionado por mas fundamentos que puedan moldear su forma, incluso su densidad. Un Ocultista versado es capaz de ir añadiendo más Principios, mientras gesticula añadiendo intrincados símbolos de poder, no solo para agregar más énfasis a su sortilegio sino para encauzar hacia una ejecución más compleja según sus designios.
Me dediqué arduamente a encontrar un “lenguaje” para lo que intentaba encarnar. Era conocedora de un sortilegio muy popular, usado por buhoneros practicantes de magia mundana, trileros y la totalidad de magos; prestidigitación.
Prestidigitación me ayudó de formas que todavía me sorprenden. Este sortilegio tiene dos artes básicas, pero aplicables en casi todas las Artes mágicas (Si te fijas es un Sortilegio que cualquier mago por especializado que sea puede usar), Quintaesencia (Un concepto que abordaremos mas detenidamente en otro momento ya que le doy mi propia interpretación personal y puede diferir o confundir sobre tu propio pensamiento de ver la magia) y un gesto semántico que significa “liberar”. Cualquier tipo de Principio de Quintaesencia depende de la voluntad del usuario casi en su totalidad, siendo la limitación el impacto hacia lo mundano y la creatividad del usuario, así como el poder de su manifestador. Hay conjuros que usan el Principio de Quintaesencia en conjunción con otras palabras o fórmulas, como efectos permanentes, ya sea por transmutación al completarse a través de la magia. Para mi total falta de conciencia por las repercusiones debido a mi edad tuve mucha suerte, pues la fatiga que recreaba el Principio de Quintaesencia de prestidigitación era ínfima, aunque si lo reflexiono bien, ahora entiendo esas extrañas épocas de alargados y somnolientos letargos tras “jugar” con los principios de la magia. Espero que entiendas, querido lector, que para mi, al tener apenas diez años, saber y experimentar con Prestidigitación era tan natural de hacer como un pixie y lo tenía asumido como el caminar. No de forma inherente, como este tipo de fatas, sino con la soltura de las mismas, debido a la experiencia y uso de forma continuada del mismo. Simplemente practicaba a nutrir este esotérico músculo para pasar de gatear, a caminar y después a correr distancias cada vez más alargadas, con las secuelas que podría tener. Hoy por hoy tengo especial afecto a este conjuro por la soltura que he desarrollado en estos años y tambien por el Sortilegio que te indicaré ahora si sigues enfocándote en la lectura.
Otro efecto magico que era conocedora, pero apenas llegué usar dado que vivía en una aldea era “Sintonizar con la Magia” o como muchos practicantes del arte llaman “Detectar Magia”, un concepto erróneo pues en verdad lo que hacemos es armonizarnos con el eter para percibir a través de nuestros sentidos lo que deseamos. Es común este error ya que “Detectar” suele asociarse sobre el sentido de la vista y residualmente relacionarse con el oido. ¿Sabías que puedes sintonizarte con la magia a través del paladar?. Nunca lo hagas, si tienes la curiosidad que tenía yo con diez años y una formación proporcional, o toda la comida que degustes te sabrá a ceniza durante semanas.
Quintaesencia, Principio de Sintonía así como un puñado de palabras, una corta edad, afinidad y el abrazo de un invierno, así como una idea, más o menos clara; que el hacha fuera capaz de cortar troncos que mi fuerza no me podía permitir. Esas eran las premisas o los ingredientes de la receta, ahora veamos qué sucedió con ellas.
A través de la Quintaesencia practiqué, en intervalos cortos, a concentrar mi pensamiento en el objeto, hasta un punto en el que fuera capaz de realizar otras acciones mundanas, como cuando respiramos de forma inherente e involuntaria. Tras reforzar mi disciplina y autocontrol en este tipo de manifestación toque el hacha, usando el Principio de Sintonización con el objeto (Pero no Sintonizar Magia, solo el principio. Es un detalle, pero es importante de separar) recordando como lo usaba “Marcius” y “Como buscaba usarlo yo”. Este procedimiento era más espiritual que real, pero ocurrió un suceso incidental al tercer día, donde invadieron en mi cabeza imágenes vagas más allá de mi imaginación. Estas me asustaron terriblemente obligándome a dormir en esa época en la cocina, que hacía de gallinero improvisado, hasta que tanto Lili, una gallina de corral y yo detrás de ella (Como buen Arcano en retaguardia) pudimos encontrar valor suficiente para regresar a mi cuarto, de día eso sí.
Con el paso del tiempo simplemente empecé a ejercitar ese “músculo” nuevo a través de la práctica y realización continuada del sortilegio, añadiendo una consecución de métodos procedurales al mismo. Los primeros días era capaz de hacer nudos simples con las agujas de gancho durante unos minutos. A lo largo de la siguiente semana me di cuenta que mi limitación real era mi frustración debido a la peligrosa fórmula de la paciencia y la edad, junto con la necesidad de que lo recreado funcionase de forma inmediata y perfecta, algo que no sucedería hasta años después. Poco a poco experimenté otras pautas, averiguando que cuanto más tiempo me concentraba en el objeto y mis pensamientos eran más pulidos, el efecto de ejecución final era más alargado en el tiempo y mas completo.
Ah, te estás preguntando ahora, mi querido lector que tiene que ver las agujas de coser si hablaba de hachas en todo momento. Dos simples premisas, ver si estabas prestando atención y porque las hachas siempre son más atrayentes para la incertidumbre de una alargada lectura morbosa, ya que son armas filosas, creando la sensación de que si algo saliera mal habría terribles consecuencias, en sangre o algo peor. Recuerda que hablo de mi misma en pasado teniendo apenas diez años y si pensabas eso ya te dejo caer que en incluso en esa edad era mucho más madura que esa lógica tuya de ahora.
Reconozco que la primera vez probé con el hacha, así que la historia es veraz, (Además no se me da bien mentir, velar detalles es otro tema que no trataré aqui ) pero imagino que habrás caído en que algo falta en la naturaleza de este conjuro y que deberías de saber; las limitaciones de la propia Quintaesencia usada. Toda magia fundada por Principios crea al mismo tiempo unas restricciones o debería recrearlas; la magia es peligrosa y las palabras y ejecuciones son catalizadores y restricciones a la vez. De la misma forma que tus manos pueden realizar un movimiento brusco pero no partir una montaña, la montaña responderá contra ti con una fuerza equivalente si lo intentaras. Esto toca una teoría relacionada con el efecto de represalia o resonancia agresiva, pero esto será mejor explicarlo en otra ocasión, pues no compete ahora salvo como una referencia anecdótica.
Sigamos con las limitaciones y las hachas que es lo que parece llamar tu atención, mi querido lector..
La base de este conjuro bebe de las raíces Prestidigitación (Aunque con el tiempo y la practica se separo del mismo hasta ser un Sortilegio completamente diferente) así que está atado varias premisas, como el peso o eso pensaba en aquella época, así que para mi enorme frustración jamás pude hacer que flotara, para cortar troncos o matar lobos, y por suerte para no asesinar del susto a mi querida y protectora Lili. Con el tiempo, aprendí cómo refinarlo. El poder sintonizarse con la memoria residual del objeto y usar el éter imbuyendolo para tareas básicas durante minutos me daba margen para crear pautas con las pocas Palabras de Poder que era conocedora en aquella época, como cuando enseñas a un animal a hacer trucos, pero con menos inconvenientes típicos de una criatura viva. Para llegar a ese punto y gracias a la Quintaesencia basada en el conjuro de Prestidigitación solo era necesaria voluntad, unas pocas palabras u órdenes, condicionantes ante procedimientos y por supuesto ser consciente de las limitaciones del sortilegio, de la naturaleza del objeto (Pues un martillo no “sabrá” hacer calceta, de la misma forma que la naturaleza elemental del fuego es consumir o destruir, transmutar y poco más).
En el transcurso del invierno, empecé a hacer bufandas completas para venderlas a los escasos viajeros que llegaban. Al mismo tiempo, espiaba al Señor Wilmentor, un peletero local y al Respetable Gurfot Thalof, el único enano herrero que se encontraba y que gracias a él evité congelarme en el invierno al invadir su Herrería (Una de mis pocas cualidades en aquella época que he ido puliendo tambien, es mi capacidad de observar, siendo otra Lili vigilante, pero hacia un Enano. Ya que era capaz de estar horas enteras sin hablar nunca tuve problemas, al menos con él) . Tengo algunas anécdotas interesantes de esos años sobre “El duende de las herraduras”, pero esa será una historia para otro día y esta lectura trata sobre el desarrollo, casi sin querer, de mi primer conjuro en contacto promiscuo con la magia.
Mirlo, el joven espectador de cabellos pajizo, directamente comenzó a preguntar si Zalisha tras leer el relato inscrito en Draconico, si le enseñaría el conjuro apodado como “Animar Herramientas” llenándose de una tremenda decepción ante una leve y sosegada negativa de la mujer que portaba ropas de campesina de luto. Después de la tercera insistencia y un marcado mohín, la mujer pálida y larguirucha le silenció con un gesto conciliador de “calma” venido de la palma de su mano, siendo obligado por la situación, para dar sus explicaciones y motivos.
-- Esta conversación tiene mas significados. Lo que pides son los resultados pero lo que has aprendido es mucho mas, ademas, es un misterio y no puedo entregarlo tan sencillamente - tras eso empezó a enumerar pausadamente cual mentora todos ellos; El Concepto de Quintaesencia como un Principio Creador y probablemente un término de poder relacionado lejano, pero intrínsecamente atado con Las Palabras de la Creación o incluso parte de la ejecución de poderosos conjuros como Deseo o Moldear la Realidad, así como los más importante; que un Arcano, o como Zalisha mencionó, un Ocultista, (pues el saber de la magia está velado salvo a unos pocos y es un saber oculto) a inducir unas bases al joven espectador, dando a entender que es posible moldear hechizos y crear conjuros únicos según la voluntad canalizada a través del estudio del usuario. Finalmente y con sapiencia explico aquellas palabras indicadas al principio de la conversación que no entendiera, pues el idioma usado era el de la magia y fueron debidamente explicadas.
-- ¿Y cuanto tiempo llevas usando este hechizo ? --Pregunto Mirlo
-- Es magia mundana en verdad -- Dijo pausadamente y con tranquilidad -- Pero respondiendo a tu pregunta, para mi, es como el caminar, metafóricamente hablando -- y tras una pausa dijo -- Lo he usado siempre, de una manera u otra, durante siete años, junto con sus días y sus noches -- Mientras estamos hablando he limpiado la suciedad de tus zapatos y toda la arena que has dejado en la alfombra, con un cepillo pequeño, no me gusta la suciedad en cualquiera de sus encarnaciones y tipos --
-- ¿Y puedes hacer otras cosas, que no sean animar cepillos o hacer calceta ? --
-- Si -- Simplifico, pero no dijo nada más. No era su intención revelarlo y no realizo la pregunta de forma correcta -- Es hora de que te marches, hoy hemos terminado y estoy siendo puesta a prueba también -- Indico, sus facciones apagadas, por un momento parecían más agradables por el grato y liberador recuerdo. -- Por tu interés, te corresponde un presente. Tómalo como un obsequio de qué Istus, el Dios de los Predestinados ve con buenos ojos tu dedicación y curiosidad. - Finalizó con un matiz solemne, pues era devota de dicho dios.
Por un momento Mirlo imaginó el pergamino con el conjuro inscrito, como una lección de paciencia cuyo fruto final era el entendimiento y finalmente el hechizo, pero lo que encontró en la pálida mano de la mujer, era más fruto que otra cosa..
Una cebolla
Reconozco que los Farwel fueron muy insistentes desde la desaparición de mi madre, para ser adoptada por su familia. Eran gentes humildes dedicadas a las Porquerizas; su hijo Hans aspiraba a ser miliciano y en ocasiones, venía a nuestra casa, para hablar de una vida idílica, que en cada historia se enarbolaba mas y mas, pasando de soldado a caballero, hasta derrotar a monstruos o quimeras que era capaz de manifestar su mente y representar con su inseparable espada de madera. En aquel entonces, Aranna, mi madre, escuchaba con avidez al muchacho, añadiendo elaboradas descripciones y desbordandonos a ambos con su propia imaginación de su mundo personal. Apreciaba mucho esos días amables donde ella dejaba de ser una figura de perenne melancolía, gris, alejada de la vida. Siempre estuve agradecida con el chico por traernos a casa su vitalidad.
Tuve dudas, pues no me importaba demasiado estar con Hans ya que la ausencia de vida en esta casa erosionaba mi existencia. No importaba lo cohibida que fuera en esos años, pues era una simple niña, tenía inquietudes, aprecio hacia la vida y experimentar mi propia historia.
Pero, no así, no como los Farwel deseaban, no era mi vida sino la suya hacia mi. Fue su padre, un hombre alto y fuerte, al menos lo recuerdo como fuerte cuando me agarró del brazo, obligándome, como adulto, a que fuera a su granja, en una fría noche veraniega, para ayudar en las porquerizas. A veces el Destino responde de maneras extrañas. En aquellos días, apenas tenía contacto con los habitantes de Rhuel y cuando estrujo mi brazo, estirandolo hacia él reaccione de la peor forma posible, con miedo, por el dolor y mi fragilidad, escupiendo palabras que no entendía pero yo sí, que se apoderaron de su razón, tocando su alma y sumiendola en la obscuridad de la superstición. Fue intencionado, y lo se, pague el precio por ello, ya que el hombretón descargó su desprecio contra mí hasta que sus ojos reflejaron un apice de arrepentimiento. El huyó a su casa, aterrado, yo arrastrándome hacia el umbral de la mía. Cuando miro hacia el pasado y hasta que me muera, lo sigo viendo como una retribución justa,; libertad y represalia, pero libertad a fin de cuentas. Hans dejó de visitarme, por decisión de su familia. Nunca fui consciente de lo dañino que fue aquello en mi crecimiento, ya que como niña tuve que combatir contra la soledad y el miedo, ya fuera oculto en el brillo extraño de una ventana, debajo de la cama o ante la rugiente tormenta en la oscuridad. Hoy, con humildad, lo aceptó sin más, como otras muchas cosas que me depara mi viaje, que tendré que visitar. Tambien ayudo a refugiarme en los libros, ya que con pocos años sabía leer y escribir, y empezaba a entender los principios de lenguas mas esotéricas por insistencia de mi madre y sus lapsos donde su voz cambiaba hacia las mismas. Una necesidad nacida del afecto hacia una madre que me ayudó cuando esta no estuvo a mi lado.
Rememoro esta escena y reflexiono mucho más, pues hace tiempo que veo el mundo como es, no con los ojos de una joven granjera de diez años. De cómo el patriarca de los Farwel observaba a mi madre cuando esta realizaba cánticos a la luz de la Luna con ropas de plata pálida, de esas emociones que incluso ahora se me hacen amargas de imaginar y de la superstición hacia mi hogar, junto con la necesidad de desabitarlo para tomar lo que no era de ellos y cuyo único guardián era una simple niña que debía ser tomada, y sufrir una apagada vida cuidando cerdos.
Fue un año difícil, donde me reclui en los viejos tomos que trajo mi madre consigo. Por nacimiento, por una herencia difícil de explicar, según conocí mucho después, en nuestra familia hubo usuarios con aptitudes hacia diferentes vertientes mágicas. No se trataba de talento, sino de afinidad, como las aves, que siendo jóvenes alzan el vuelo con sus poderosas alas desafiando los cielos, sin apenas ser enseñadas pues está atado en su naturaleza el ser capaz de hacerlo.
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Apenas un mes después y a mi corta edad por las circunstancias y otros factores, más mundanos que esotéricos, conseguí realizar lo insólito, para mi edad. El invierno comenzaba a tomar el paisaje con suaves copos pálidos, cubriendo los campos en un fino manto blanco y mi preocupación ante el miedo general del pueblo me calaba más que el enfriamiento del tiempo.
Una de mis obsesiones particulares, como las demás personas era la leña y el fuego, tanto para abrigarme como para ahuyentar a los lobos. Reconozco que tuve mucha suerte, ya que teníamos varias gallinas y ante la ausencia de mi madre lo primero que se me ocurrió fue dejar caer el rumor que no estaban donde siempre, conviviendo conmigo dentro de la casa para que no fueran robadas. Hasta hice un inventario en ese tiempo lejano, de provisiones de huevos según los que daban al día, entre otras pertenencias, fueran comestibles o no lo fueran.
La primera penuria que asoló la aldea fue la muerte del viejo “Marcius” un leñador afable, pero cuya vejez fue finalmente reclamada por la Parca y el destino. No puedo darte, querido lector, una explicación lógica de por que esa sonora hacha y el obtenerla me daría una seguridad, sabiendo que ni podía manejarla, pero incluso así, con una carreta pequeña llena de paja, me acerque a su hacienda, la oculte con una picardía que me sorprende incluso ahora y regrese a la protección de mi fortaleza de madera y soledad, hasta que la razón se apoderó de mí, ya que ni sabia usarla ni tenía fuerza para ello.
Dado que es una charla teórica me saltare unos pocos detalles de mi historia personal, ya que no suelo ofrecerlos, ni estoy preparada para hacerlo, tanto de mi Madre o de cómo teníamos libros que hablaban del Arte de la Magia o como era capaz de entenderla, mas alla de lo revelado ...
Una vez con el Hacha bajo el abrigo de mi habitación, comencé a divagar e imaginar cómo realizar lo que buscaba hacer con mis cortas habilidades y muchas carencias. En aquella época, era conocedora de apenas un puñado de palabras en la lengua de la Magia y que con una ejecución y formulación adecuadas eran capaces de manifestar una serie de fuerzas que moldeaban lo mundano según su simbolismo y significado.
Unas pocas de ellas se consideraban principios o fundamentos. Estos eran capaces de encarnar una cualidad, guiados a través de palabras de poder, símbolos, sígilos, y runas siendo estas tres últimas desconocidas por mi edad e incapaz de ejecutar pues jamás pude ver los intrincados gestos requeridos a través de la semántica, pero que me llevaron sin darme cuenta a desarrollar un sortilegio mucho más complejo. Presta ahora atención pues haré un inciso para explicarte el concepto de Principio o Fundamento, asociado al Arte de la Magia;
Asi pues, y a modo de ejemplo, αέρας [pronunciado áeras] es un principio o fundamento relacionado con lo elemental, concretamente con el viento, pero requiere de otras palabras en lengua arcana, como por ejemplo “Graz´ihdme” para que asuma una forma de ave, similar a un cuervo de bruma, estando condicionado por mas fundamentos que puedan moldear su forma, incluso su densidad. Un Ocultista versado es capaz de ir añadiendo más Principios, mientras gesticula añadiendo intrincados símbolos de poder, no solo para agregar más énfasis a su sortilegio sino para encauzar hacia una ejecución más compleja según sus designios.
Me dediqué arduamente a encontrar un “lenguaje” para lo que intentaba encarnar. Era conocedora de un sortilegio muy popular, usado por buhoneros practicantes de magia mundana, trileros y la totalidad de magos; prestidigitación.
Prestidigitación me ayudó de formas que todavía me sorprenden. Este sortilegio tiene dos artes básicas, pero aplicables en casi todas las Artes mágicas (Si te fijas es un Sortilegio que cualquier mago por especializado que sea puede usar), Quintaesencia (Un concepto que abordaremos mas detenidamente en otro momento ya que le doy mi propia interpretación personal y puede diferir o confundir sobre tu propio pensamiento de ver la magia) y un gesto semántico que significa “liberar”. Cualquier tipo de Principio de Quintaesencia depende de la voluntad del usuario casi en su totalidad, siendo la limitación el impacto hacia lo mundano y la creatividad del usuario, así como el poder de su manifestador. Hay conjuros que usan el Principio de Quintaesencia en conjunción con otras palabras o fórmulas, como efectos permanentes, ya sea por transmutación al completarse a través de la magia. Para mi total falta de conciencia por las repercusiones debido a mi edad tuve mucha suerte, pues la fatiga que recreaba el Principio de Quintaesencia de prestidigitación era ínfima, aunque si lo reflexiono bien, ahora entiendo esas extrañas épocas de alargados y somnolientos letargos tras “jugar” con los principios de la magia. Espero que entiendas, querido lector, que para mi, al tener apenas diez años, saber y experimentar con Prestidigitación era tan natural de hacer como un pixie y lo tenía asumido como el caminar. No de forma inherente, como este tipo de fatas, sino con la soltura de las mismas, debido a la experiencia y uso de forma continuada del mismo. Simplemente practicaba a nutrir este esotérico músculo para pasar de gatear, a caminar y después a correr distancias cada vez más alargadas, con las secuelas que podría tener. Hoy por hoy tengo especial afecto a este conjuro por la soltura que he desarrollado en estos años y tambien por el Sortilegio que te indicaré ahora si sigues enfocándote en la lectura.
Otro efecto magico que era conocedora, pero apenas llegué usar dado que vivía en una aldea era “Sintonizar con la Magia” o como muchos practicantes del arte llaman “Detectar Magia”, un concepto erróneo pues en verdad lo que hacemos es armonizarnos con el eter para percibir a través de nuestros sentidos lo que deseamos. Es común este error ya que “Detectar” suele asociarse sobre el sentido de la vista y residualmente relacionarse con el oido. ¿Sabías que puedes sintonizarte con la magia a través del paladar?. Nunca lo hagas, si tienes la curiosidad que tenía yo con diez años y una formación proporcional, o toda la comida que degustes te sabrá a ceniza durante semanas.
Quintaesencia, Principio de Sintonía así como un puñado de palabras, una corta edad, afinidad y el abrazo de un invierno, así como una idea, más o menos clara; que el hacha fuera capaz de cortar troncos que mi fuerza no me podía permitir. Esas eran las premisas o los ingredientes de la receta, ahora veamos qué sucedió con ellas.
A través de la Quintaesencia practiqué, en intervalos cortos, a concentrar mi pensamiento en el objeto, hasta un punto en el que fuera capaz de realizar otras acciones mundanas, como cuando respiramos de forma inherente e involuntaria. Tras reforzar mi disciplina y autocontrol en este tipo de manifestación toque el hacha, usando el Principio de Sintonización con el objeto (Pero no Sintonizar Magia, solo el principio. Es un detalle, pero es importante de separar) recordando como lo usaba “Marcius” y “Como buscaba usarlo yo”. Este procedimiento era más espiritual que real, pero ocurrió un suceso incidental al tercer día, donde invadieron en mi cabeza imágenes vagas más allá de mi imaginación. Estas me asustaron terriblemente obligándome a dormir en esa época en la cocina, que hacía de gallinero improvisado, hasta que tanto Lili, una gallina de corral y yo detrás de ella (Como buen Arcano en retaguardia) pudimos encontrar valor suficiente para regresar a mi cuarto, de día eso sí.
Hoy por hoy puedo hablar con comprensión de lo que sucedió y que intentare explicarte de forma sencilla. Desarrolle un principio de psukhē y μέτρον, la lectura del alma de un objeto. Fue residual, pero tras reformular las palabras pude acceder a recuerdos fehacientes y cargar las lagunas del objeto tocado con los míos propios, hasta ser capaz de realizar tareas simples. Un ejemplo sencillo que podemos ver en el mundo natural es una antorcha que al ser devorada emite calor, quedando un residuo de la temperatura sobre la misma. En esta situación la carga residual es la magia, pero la ejecución a través de la misma tras saturar al objeto es que manifieste el poder del sortilegio; resultados. La ventaja de usar de base una encarnación de Quintaesencia con las premisas del Sortilegio de Prestidigitación es que nos permite moldear con voluntad y reubicar de forma sencilla procedimientos y añadir “Principios” hacia el objeto, complejos, con una ejecución para el lanzador sencilla.
Ejecucíon del Sortilegio "Animar Herramientas", dejando una estela visible de Eter en su transicion al Plano Mundano.
Con el paso del tiempo simplemente empecé a ejercitar ese “músculo” nuevo a través de la práctica y realización continuada del sortilegio, añadiendo una consecución de métodos procedurales al mismo. Los primeros días era capaz de hacer nudos simples con las agujas de gancho durante unos minutos. A lo largo de la siguiente semana me di cuenta que mi limitación real era mi frustración debido a la peligrosa fórmula de la paciencia y la edad, junto con la necesidad de que lo recreado funcionase de forma inmediata y perfecta, algo que no sucedería hasta años después. Poco a poco experimenté otras pautas, averiguando que cuanto más tiempo me concentraba en el objeto y mis pensamientos eran más pulidos, el efecto de ejecución final era más alargado en el tiempo y mas completo.
Ah, te estás preguntando ahora, mi querido lector que tiene que ver las agujas de coser si hablaba de hachas en todo momento. Dos simples premisas, ver si estabas prestando atención y porque las hachas siempre son más atrayentes para la incertidumbre de una alargada lectura morbosa, ya que son armas filosas, creando la sensación de que si algo saliera mal habría terribles consecuencias, en sangre o algo peor. Recuerda que hablo de mi misma en pasado teniendo apenas diez años y si pensabas eso ya te dejo caer que en incluso en esa edad era mucho más madura que esa lógica tuya de ahora.
Reconozco que la primera vez probé con el hacha, así que la historia es veraz, (Además no se me da bien mentir, velar detalles es otro tema que no trataré aqui ) pero imagino que habrás caído en que algo falta en la naturaleza de este conjuro y que deberías de saber; las limitaciones de la propia Quintaesencia usada. Toda magia fundada por Principios crea al mismo tiempo unas restricciones o debería recrearlas; la magia es peligrosa y las palabras y ejecuciones son catalizadores y restricciones a la vez. De la misma forma que tus manos pueden realizar un movimiento brusco pero no partir una montaña, la montaña responderá contra ti con una fuerza equivalente si lo intentaras. Esto toca una teoría relacionada con el efecto de represalia o resonancia agresiva, pero esto será mejor explicarlo en otra ocasión, pues no compete ahora salvo como una referencia anecdótica.
Sigamos con las limitaciones y las hachas que es lo que parece llamar tu atención, mi querido lector..
La base de este conjuro bebe de las raíces Prestidigitación (Aunque con el tiempo y la practica se separo del mismo hasta ser un Sortilegio completamente diferente) así que está atado varias premisas, como el peso o eso pensaba en aquella época, así que para mi enorme frustración jamás pude hacer que flotara, para cortar troncos o matar lobos, y por suerte para no asesinar del susto a mi querida y protectora Lili. Con el tiempo, aprendí cómo refinarlo. El poder sintonizarse con la memoria residual del objeto y usar el éter imbuyendolo para tareas básicas durante minutos me daba margen para crear pautas con las pocas Palabras de Poder que era conocedora en aquella época, como cuando enseñas a un animal a hacer trucos, pero con menos inconvenientes típicos de una criatura viva. Para llegar a ese punto y gracias a la Quintaesencia basada en el conjuro de Prestidigitación solo era necesaria voluntad, unas pocas palabras u órdenes, condicionantes ante procedimientos y por supuesto ser consciente de las limitaciones del sortilegio, de la naturaleza del objeto (Pues un martillo no “sabrá” hacer calceta, de la misma forma que la naturaleza elemental del fuego es consumir o destruir, transmutar y poco más).
En el transcurso del invierno, empecé a hacer bufandas completas para venderlas a los escasos viajeros que llegaban. Al mismo tiempo, espiaba al Señor Wilmentor, un peletero local y al Respetable Gurfot Thalof, el único enano herrero que se encontraba y que gracias a él evité congelarme en el invierno al invadir su Herrería (Una de mis pocas cualidades en aquella época que he ido puliendo tambien, es mi capacidad de observar, siendo otra Lili vigilante, pero hacia un Enano. Ya que era capaz de estar horas enteras sin hablar nunca tuve problemas, al menos con él) . Tengo algunas anécdotas interesantes de esos años sobre “El duende de las herraduras”, pero esa será una historia para otro día y esta lectura trata sobre el desarrollo, casi sin querer, de mi primer conjuro en contacto promiscuo con la magia.
Mirlo, el joven espectador de cabellos pajizo, directamente comenzó a preguntar si Zalisha tras leer el relato inscrito en Draconico, si le enseñaría el conjuro apodado como “Animar Herramientas” llenándose de una tremenda decepción ante una leve y sosegada negativa de la mujer que portaba ropas de campesina de luto. Después de la tercera insistencia y un marcado mohín, la mujer pálida y larguirucha le silenció con un gesto conciliador de “calma” venido de la palma de su mano, siendo obligado por la situación, para dar sus explicaciones y motivos.
-- Esta conversación tiene mas significados. Lo que pides son los resultados pero lo que has aprendido es mucho mas, ademas, es un misterio y no puedo entregarlo tan sencillamente - tras eso empezó a enumerar pausadamente cual mentora todos ellos; El Concepto de Quintaesencia como un Principio Creador y probablemente un término de poder relacionado lejano, pero intrínsecamente atado con Las Palabras de la Creación o incluso parte de la ejecución de poderosos conjuros como Deseo o Moldear la Realidad, así como los más importante; que un Arcano, o como Zalisha mencionó, un Ocultista, (pues el saber de la magia está velado salvo a unos pocos y es un saber oculto) a inducir unas bases al joven espectador, dando a entender que es posible moldear hechizos y crear conjuros únicos según la voluntad canalizada a través del estudio del usuario. Finalmente y con sapiencia explico aquellas palabras indicadas al principio de la conversación que no entendiera, pues el idioma usado era el de la magia y fueron debidamente explicadas.
-- ¿Y cuanto tiempo llevas usando este hechizo ? --Pregunto Mirlo
-- Es magia mundana en verdad -- Dijo pausadamente y con tranquilidad -- Pero respondiendo a tu pregunta, para mi, es como el caminar, metafóricamente hablando -- y tras una pausa dijo -- Lo he usado siempre, de una manera u otra, durante siete años, junto con sus días y sus noches -- Mientras estamos hablando he limpiado la suciedad de tus zapatos y toda la arena que has dejado en la alfombra, con un cepillo pequeño, no me gusta la suciedad en cualquiera de sus encarnaciones y tipos --
-- ¿Y puedes hacer otras cosas, que no sean animar cepillos o hacer calceta ? --
-- Si -- Simplifico, pero no dijo nada más. No era su intención revelarlo y no realizo la pregunta de forma correcta -- Es hora de que te marches, hoy hemos terminado y estoy siendo puesta a prueba también -- Indico, sus facciones apagadas, por un momento parecían más agradables por el grato y liberador recuerdo. -- Por tu interés, te corresponde un presente. Tómalo como un obsequio de qué Istus, el Dios de los Predestinados ve con buenos ojos tu dedicación y curiosidad. - Finalizó con un matiz solemne, pues era devota de dicho dios.
Por un momento Mirlo imaginó el pergamino con el conjuro inscrito, como una lección de paciencia cuyo fruto final era el entendimiento y finalmente el hechizo, pero lo que encontró en la pálida mano de la mujer, era más fruto que otra cosa..
Una cebolla