Casi un año ha pasado desde El Cataclismo de Augusto, donde los Pueblos de los hombres se unificaron para hacer frente a la mayor amenaza conocida en muchos años, el amo y señor de la necropolis. Grandes estatuas se construyeron en honor a aquellos cuyas gestas, actos heroicos y temeridad sirvieron para decantar la balanza de lo imposible hacia los vivos, pero un alto precio fue cobrado, miles de lápidas sin nombre honrando a los olvidados caídos.


De todos estos lares y tierras, la provincia de Saldir, próxima y vasalla al Ducado de Koltern es una de ellas. El Barón Conner de Assil heredero de un apellido de linaje curtido busca aunar esfuerzos en estabilizar sus tierras. Los rumores y malas lenguas apuntan que debido a la guerra y ofrecer apoyo a otras varonias por tributos del Reino, su propia provincia se ha visto debilitada, requiriendo de la necesidad de mercenarios, hombres de valía, sabios e incluso levas.

Para lo más versados en rumores de taberna, influencias e incluso habladurías se comenta que el mismo Barón atiende en su Alcázar a tales personas sin hacer asco a su posición social, cosa que ha despertado simpatía por los comunes pero desden entre sus iguales. Estos dicen que las dificultades principales parecen estar relacionadas con suministros desaparecidos, siendo lo más preocupante que, y por esta vez, no está relacionado con El Pueblo llano de los Libres








Saldir, o Saldurim se compone de un feudo cuya población en época de bonanza superaba los casi 400 habitantes con facilidad, sin contar un puñado de granjas vecinales a menos de una milla de distancia. Tras la guerra, La Baronia apenas llega a la mitad y aunque han sufrido altercados menores, Saldir ha prosperado gracias a la Guardia de Ser Conner. Su economía se basa en la ganadería, aunque el Alcázar del Trueno conserva huertos que le permiten tener un mínimo de autosuficiencia en caso de asedio y para alimentar a un puñado de hombres. Hay tradición de pesca flubial pero por culpa del desbordamiento de dicha profesión en estos días, Saldurim depende de la tierra en cualquiera de sus formas.


Rumores de Saldir:

Ninguno conocido.

Ubicaciones iniciales disponibles

Alcázar del Trueno

Llamado así por una leyenda local, el alcázar se erige como piedra angular de la estabilidad de la Baronía, cumpliendo la función de Milicia, Casa del Señor Feudal, Ser Conner de Assil, así como lugar de reuniones asociadas a la provincia.

Ermita de Alastra La Radiante

Venerada como una Heroína Local por una hazaña del pasado, la menuda capilla de Alastra Está dedicada al Dios del Sol, Pelor el Tranquilo, quedando todavía un par de fieles que suelen ayudar a los necesitados.

Tienda de Extravagancias de Filistus

De lo más exótico de la provincia. Si bien destaca más por una fachada de un rojo colorido y un cartel destartalado, lo cierto es que la tienda de exotismo y esoterismo es decepcionante para entendidos, pero no así para el pueblo llano. Filistus tiene noción suficiente para saber reconocer objetos mágicos cuando se los muestran. Se cuenta que entre murciélagos disecados y bálsamos milagrosos suele aparecer de vez en cuando alguna oportunidad mágica.

Casa de suministros

Carente de posada, la provincia de Saldir concentra en la Casa de los Tener un establecimiento humilde, que pasa desapercibido salvo en las expediciones de aventureros. Cuerdas, candiles, raciones secas así como un par de mesas sirven como inicio de expediciones, Estando acompañadas de las mejores Papas con Sardinas de la península.

Fase de Invierno:

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Influencia y avance de Saldir

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