Post by Gwyn on Nov 5, 2019 8:54:19 GMT 1
Parte I: Las Influencias
Los días parecían pasar con rapidez desde la primera noche que había hablado con Xhumira ¿Quién iba a pensar que aquella mujer salvaje revolucionaria tanto su mente con solo una charla? Lo cierto es que era más de lo que aparentaba, más de lo que decía y más de lo que ella misma incluso sabia. Así lo veía Bennett, mientras escribía aquella noche la tercera misiva para algún de los templos dirigida a algún sacerdote anciano que proclamaría su fe, pero que no dudaría en indicar que una donación cuantiosa ayudaría mucho en su templo. Pese a todo, Bennett reconocía que en el proceso había conocido a varias figuras importantes y lo más importante de todo, la fe y la devoción no era lo único que movía las mentes y cuerpos en Lual Thyr, también las influencias, las gestas y el oro… Claro, el oro. ¿Cómo no lo había pensado antes? Era bastante ingenuo, incluso la Druida lo veía así. Pero al menos, aquello ya lo sabía. Al menos ese oro, dentro de lo que cabía, sería bien invertido; eso esperaba. Desde la ampliación de la Capilla del Sagrado Reposo Dorado, que Bennett veía como un faro de luz, pues se alzaba muy cerca de la cara exterior del Bajo Sacramental, en Muralla de Roca, un baluarte de la luz de Pelor que servía como contención ante los horrores que allí había visto.
El joven sacerdote, sabía que aquel, era un punto estratégico y no dudo en hacer la donación para la ambiciosa visión de Baulus, incluso ante el comentario de Valeria de Farluas, que dejo en claro que todo aquello se hacía sin consultarlo con el Venerable Anciano Guslab de Pelor, máxima autoridad del clero del Dios radiante en Lual Thyr. Aun así, Bennett no dudo en donar el oro, bajo algunas condiciones y ciertas exigencias, que Baulus acepto sin si quiera pensarlo, además con la promesa de construir a futuro aquella Cúpula que sería la luz (y la envidia) de aquel lugar. Más vistosidad, significaba más feligreses, más iniciados significaba más hombres protegiendo y salvaguardando Bajo Sacramental, todo eran ganancias y el viejo Baulus le caía bien. Así mismo e inesperadamente se había hecho con la simpatía de la casa Blandeck y su líder, Velek de Blank, un noble de origen mercenario que rompías todos los esquemas, pero que era directo y sincero, cualidades que Bennett admiraba.
Incluso el Venerable Tiberios Crassus de Pholtus, ahora se portaba bien con él, ya no le llamaba la atención el ceño fruncido, ni le reprochaba el haber elegido a una mujer para que le abanderara, el Venerable quería lo mismo que Baulus; vistosidad y prestigio para el templo de Pholtus de los muelles, más cercanía con los nobles y Bennett de una forma u otra estaba logrando eso… El rostro del Venerable no era el suyo cuando vio a Bennett desprenderse de tal cantidad de oro para las reformas del templo, incluso ahora envía correspondencia de forma especial al joven sacerdote y escudero. Se mantiene informado de todos sus movimientos y proezas con cierto asombro. También se sorprendió, cuando a los días de su última charla y tras la noticia de la victoria en la “Operación Mil Estrellas” un pintor de prestigio local, llego al templo por órdenes de Bennett con un hermoso fresco que retrataba a los 7 grandes de Celestia de forma exquisita, en el lugar donde iban los ojos, se había incrustado gemas radiantes, hermosas (y muy caras) desde zafiros estrellas a diamantes, ahora decora una de las paredes del templo, cerca de la figura de Pholtus. Un pago simbólico y una promesa hecha por Bennett a los Celestiales por su ayuda en la consagración del cementerio.
El Venerable Guslab de Pelor "El Sumo"
Con el Venerable Guslab, la conversación fue oro puro, no habia conocido nunca a alguien tan sabio y afable, ni a nadie tan anciano… Siendo sinceros. El hombre parecía una pasa, Bennett pensó que debería tener 200 años, mínimo, pero… Una cosa no quitaba la otra, como de costumbre Bennett le informo de todo lo sucedido, incluso de lo que estaba haciendo con Baulus y algún favor especial que le ha pedido Valeria… El Venerable no ha visto muy bien que se dé tanto dinero para reformas con la gran cantidad de heridos que hay, pero parece habérsele olvidado cuando Bennett le dio un pagare del banco para disponer de le de inmediato. El anciano parece revitalizado y casi al instante hizo un documento oficial para dejarlo en constancia y lo invirtió en vendas y otros equipos de sanación, tras eso la conversación fue más calmada e incluso bebieron te. Aunque Bennett se sorprendió cuando el Venerable le dijo que Valeria estaba comprometida en matrimonio con un noble. ¿de qué iba? Le había casi seducido la noche anterior, con una historia muy hermosa sobre unas flores, luego le había dejado ver su vulnerabilidad acompasado con la salud del padre, que deseaba ser enterrado en el templo, pero esa es otra historia. Todo para que le hiciese llegar una carta al Venerable, que resultó ser una petición para unirse al clero de Pelor, más bien ascender bajo voto de castidad… Sin duda, Valeria no se quería casar con aquel noble, y sin duda no era tan inocente como dejaba ver, todo estaba bien calculado, incluso usarle de mensajero fiable, es lo que logran unas palabras dulces y una cara preciosa en una mujer. Después de todo, él, Bennett, era un hombre, con sentimientos, con necesidades… Se sintió un poco decepcionado, pero a la larga, tampoco había pasado nada, así que lo dejo estar, desligándose del tema.
La buena noticia es que la petición del padre de Valeria fue aceptada, bajo la condición de donar sus bienes al templo en vida, cosa que quizá a Valeria no le guste nada, además y, por otro lado, el que fuese escoltado y vigilado durante 7 días por los inquisidores de Pholtus, no fue difícil con el Venerable Tiberios de su parte. La mala es que el Venerable Guslab regaño a Bennett porque cierta mujer, a la que llamaban “La bruja” se había colado en las tiendas de campaña a las afueras del templo ofreciendo sanaciones y dejando una bolsa de setas a los enfermos, luciendo además el medallón de Pholtus que se había llevado, por lo que fue reconocido y cuando le preguntaron a Bennett este no tuvo más remedio que admitir que era suyo, nunca había mentido y no iba hacerlo con el Venerable anciano. Sin duda Xhumira tenía buenas intenciones, pero así mismo otros no pensaban lo mismo, ya hablaría con ella.
La buena noticia es que la petición del padre de Valeria fue aceptada, bajo la condición de donar sus bienes al templo en vida, cosa que quizá a Valeria no le guste nada, además y, por otro lado, el que fuese escoltado y vigilado durante 7 días por los inquisidores de Pholtus, no fue difícil con el Venerable Tiberios de su parte. La mala es que el Venerable Guslab regaño a Bennett porque cierta mujer, a la que llamaban “La bruja” se había colado en las tiendas de campaña a las afueras del templo ofreciendo sanaciones y dejando una bolsa de setas a los enfermos, luciendo además el medallón de Pholtus que se había llevado, por lo que fue reconocido y cuando le preguntaron a Bennett este no tuvo más remedio que admitir que era suyo, nunca había mentido y no iba hacerlo con el Venerable anciano. Sin duda Xhumira tenía buenas intenciones, pero así mismo otros no pensaban lo mismo, ya hablaría con ella.
Sir Aurus Filosolar; Paladín de Heironeus
Quizá unas de las mejores impresiones de Bennett, fue por el Mariscal Sir William de Pholtus, que regenta el templo de Pholtus en los Jardines, es un juez implacable en toda regla, se encarga de los Juicios, dictámenes e interrogatorios. Una persona centrada y un templo excelso. Alguien que, pensó Bennett, era un ejemplo a seguir. No pidió dinero, más bien lo que Bennett ofreció, quizá se le antojo poco, siendo de la alta burguesía, sin embargo, presto su ayuda y el joven sacerdote prometió regresar para ayudar en lo que pudiese, más tarde le pedio a Jace que le ayudara en lo posible en su nombre y así, además, se curtiría de las costumbres y las leyes del Reino y de Lual Thyr.
Pero quizá la reunión que más la impresiono, por la propuesta y el recibimiento, fue del Templo de Heironeus en el distrito gubernamental. Allí, Bennett, no solo fue bien recibido, si no que que fue tratado con sumo respeto e incluso aprecio, dado la simpatía y excelentes recomendaciones de Sir Nolus Nolan. Sir Aurus Filosolar, un paladín del Dios justo, recibió a Bennett con una sonrisa y más que lo que se podría decir de otros lugares que había visitado antes. Al conocerlo, Bennett no pude evitar pensar que era el ejemplo perfecto de lo que debería ser un paladín: un porte envidiable, unos modales exquisitos, un aura de extrema perfección y bondad. Sir Aurus Filosolar le comento que la mayor parte de los hombres estaban en la guerra, y la otra estaba ocupada manteniendo a los hombres rata a raya, pues habían aprovechado para invadir la ciudad desde las alcantarillas, el mismo Bennett tuvo que enfrentar algunos Hombres rata de camino a Bajo Sacramental, pese aceptar de buen grado su donación, de la que dispuso para contratar mercenarios que les ayudasen den la tarea, le propuso a Bennett un reto con cierta sorna, el junto con otros dos paladines se encontraban en el templo, si retaba a alguno de ellos a duelo, y lo ganaba, le hacia la promesa de interceder por el ante el santuario de Heironeus dentro de Palacio. Dicho Santuario tiene una gran influencia en todo Lual Thyr y sobre todos los demás templos. Por lo que tener contacto directo con el mismo, sería muy beneficioso para la gesta de Bennett. Para sorpresa de Aurus, Bennett acepto el duelo. Se dispuso de un día especifico y por un momento la sonrisa de Aurus se borró, para luego dar paso a otra más grande, quizá de satisfacción, de asombro o de respeto. Pero aún quedaba por verse que iba a suceder.