Post by Gwyn on Mar 29, 2021 3:23:59 GMT 1
Han pasado ya varios años desde mi llegada a este extraño mundo, la naturaleza del mismo todavía es todo un misterio. Es muy diferente al lugar de donde provengo y a pesar de pasar toda mi vida en las metrópolis de la antípoda oscura, era suficientemente conocedora de la vida de la superficie por estudios e historias. El tratamiento de la magia en este mundo es muy diferente al de Toril. En Theia, no existe un tejido mágico del que extraer poder, ni parecer existir una deidad que lo supervise. La diferencia es palpable. Al no haber un tejido mágico equilibrado, la magia en Theia es más salvaje y peligrosa que en Toril. Solo grandes poderes pueden tratar esta magia en su forma más primitiva y tras eso, transformarla para que otros individuos como los magos le demos uso. Entre estas criaturas, están los dragones. Pero según el maestro Relen. No solo ellos son capaces de tal proeza. A su vez, las deidades no parecen intervenir en este proceso, existe una Diosa de la magia, pero no parece ocuparse de regularla. No obstante, he visto clérigos, paladines y otros fieles de Dioses que obtienen poder de los mismos, por lo que no son del todo silentes.
Las razas aquí también son muy similares, pero a su vez culturalmente distintas, existen elfos, enanos, humanos, medianos y mestizos. Incluso he conocido a una Aasimar. Los elfos no tienen las mismas sociedades que en Toril, los humanos rezan a Dioses distintos. Tras la explosión de energías y el colapso de los portales abisales, fui arrojada a un mundo distante y cruel. En un maldito bosque y para mi sorpresa, el portal que me trajo aquí también transporto a varios de mis hermanas, amigas y enemigas. Por un lado, estaban las perras traicioneras de Elistraee que nos estaban atacando y por otro lado las fanáticas de Lolth, sin mencionar a las sacerdotisas de Kiaransalee que estaban en el ritual. Ignoro quienes me siguieron en mi accidentado viaje, pero no quiero saberlo. Lo más sorpresivo para mí fue que los elfos de la superficie, no me atacaron ni se asustaron al verme. Aunque les parecía extraña, incluso me ayudaron a llegar a la ciudad de Bayas Rathu, siguiendo caminos ocultos y seguros.
Largos años de investigación teórica
Sea como sea. Ahora estoy aquí, en Theia y soy dueña de mi propio destino. Puedo hacer de mi lo que yo quiera. En este mundo los magos son regulados por una torre mística de arcanos, muchos de ellos extremadamente poderosos. También por un Reino humano y sus Dioses… Es quizá lo que menos me gusta. Fui acogida por un mago humano, el Maestro Relen. No me temía, ni le escandalizaba. Ha resultado ser muy interesante, compartirnos la misma visión de la magia y hay símiles en nuestro tratamiento del arte. También esta Lady Irina, una mujer humana de gran poder y muy interesante. He conocido a un hombre si así se le puede llamar. Ancrost. Una muestra viviente del poder que ostentamos.
He pasado años estudiando la vida y las costumbres de este mundo, el tratamiento de la magia y perfeccionado mi propio poder. La paciencia no parece ser exactamente la virtud de los humanos. Me ha parecido adecuado el tiempo de espera. He decidido hacer investigación de campo por las demás ciudades del reino y conocer a su gente. La luz del día me sigue fastidiando, bajo el techo y tras los muros no es un problema. Pero el sol cegador se me sigue antojando desagradable. He conocido a varios individuos entre ellos dos enanos y un elfo. Este último me ha reconocido como una Drow. Al parecer es un viajero como yo. Estaba escandalizado, aunque se ha calmado un poco cuando le he mencionado que servía a Elistraee. Si total… No me sirve comenzar un conflicto, ni dar una imagen negativa a los Du Raven. No tengo la misma libertad de investigación que tenía en casa, ni si quiera puedo tener esclavos. Así que debo mantener un bajo perfil, la nigromancia está mal vista por todo este maldito Reino, ni hablar de la Necromancia.
No entiendo la obsesión del ArTel'Quessir por los Dioses, pensé que era un clérigo, pero resultó ser un mago. Tenía que ser un elfo solar… y de paso un varón. Se me ocurren muchas cosas con él. Pero no voy a molestarme, no está en mis prioridades, por otro lado, es incluso divertido ver su expresión cuando me acerco.
Improntas, Residuos, Ecos, espiritus...
Tras varios años de investigación teórica, por fin hemos acudido a un lugar donde poder certificar esas teorías con experimentación junto con el Maestro. Un poblado arrasado por la guerra, En una noche de luna nueva. Las energías de este mundo ciertamente son muy diferentes y este poblado no era la excepción. Acudimos disfrazados y cubiertos bajo mortajas, sabíamos a dónde íbamos, pero el poder era casi magnético. Tanto que otros también acudieron al llamado silencio de esta energía. Allí estaba Ancrost y después apareció una mujer descalza, en el lugar además había un humano que tal vez solo fuese un saqueador. Cuando la oscura reunión dio comienzo y el hombre escucho lo que decíamos, intento irse. Pero el Maestro Relen le lanzo una maldición, casi a su vez la mujer misteriosa conjuro un aluvión de energía negativa, pero fallo. Entonces pensé que no había necesidad de matar aquello que nos podría ser útil y lo domine con un encantamiento simple. El hombre nos siguió enajenado mientras hablábamos y seguíamos el rastro de energía. Allí donde más fuerte era.
Podía sentirlo a mi alrededor denso y casi tangible, era más sencillo con Ancrost cerca, puede que el mismo no se diera cuenta o tal vez sí, pero es como un imán de energía negativa. Lo que más interesaba por supuesto, eran las improntas, los ecos y los trazos de lo que alguna vez fue vida, pero aún se resiste a abandonar este mundo. Estas improntas se arremolinaban como cúmulos. Emociones como angustia, miedo, odio, dolor. Todo aquello permanece y muchas veces se niega a abandonar el lugar donde está, ecos distantes e impresiones del alma. Todo como una vorágine en aquel lugar olvidado y maldito, de tierra teñida en sangre y aire con olor acre. Las casas quemadas adornaban el lugar entre una galería macabra de armaduras, huesos y girones de tela amontonados a los lados de un camino solitario. Ancrost parecía oír voces, entonces decidí intensificar mis sentidos, aunque la presencia de Ancrost podría arruinarlo, como aquella vez, aun puedo recordar el dolor… Me arriesgue, mientras no lo mirara directamente, podría examinar el poblado.
Mis sentidos se amplificaron cuando termine de recitar el conjuro, ahora no solo podía sentirlo con mayor claridad, sí que podía ver las trazas de energía como volutas diminutas que se aglomeraban como pequeños enjambres de insectos. Estos ecos parecían ir y venir, indecisos, inconexos entre este plano y el plano etéreo, pero también se podía sentir una fisura, una cicatriz en la tierra que parecía supurar, como el mismo plano de energía negativa se quisiera abrir paso entre la misma tierra, pero aún no era lo suficientemente poderoso. Finalmente, vi que estas improntas se acumulaban también en las ruinas que en su día fueron casas, Relen me pidió que examinara con atención lo más llamativo que viese y cogiera un objeto que estuviese enlazado a estas energías. Mi atención se fijó en una de estas ruinas y específicamente en un jirón de tela del que colgaba un ojo mal cosido y algo de rellano, de lo que antiguamente fuese el juguete de un niño, lo cogí y pude sentir un tirón, como si alguien o algo tirara del objeto, indicios de que era el indicado.
Pergamino de Poder Arcano
Entonces lo lleve fuera de las ruinas para examinarlo, sin duda los residuos de energía y los ecos tienen mucho poder, tanto como para manifestarse con los métodos adecuados. Fue entonces cuando Relen, me otorgo un pergamino, un conocimiento creado por el mismo, un pergamino negro como el carbón con letras brillantes y rojizas. Me observo y me pidió que lo examinara, si era capaz de descifrar su propósito sería una de las pruebas. Y así fue, supe que lo que tenía entre las manos me permitiría evocar la energía de las improntas haciendo que se manifestara, lo suficiente para verlo e incluso hablar con ello. Desenrolle el pergamino y recite el conjuro, mientras mis palabras y gestos tejían la magia alrededor del oso de peluche. Entonces, una forma se manifestó, la figura espectral de una niña. No era consciente totalmente de su estado, aunque si de su dolor.
Respondió a mis preguntas de forma vaga, quizá por su edad. En algunas parecía totalmente consciente de que la habían atacado y había atacado a su familia, pero en otras parecía totalmente ignorante de que estaba muerta. Aunque decía que podía ver a los “otros” las preguntas eran cada vez más específicas, pero note que la niña divagaba cada vez más y su espíritu comenzó a difuminarse, en cierto momento se desoriento y casi llora, no sé qué hubiese ocurrido, pero no quise saberlo, no en aquel lugar y con tan poca preparación. En medio de aquello, el hombre dominado salió de su trance y pudo ver el espíritu e incluso el verdadero ser de Ancrost. Se intentó ir y aunque finalmente lo hizo, para su suerte, lo hizo con una advertencia. Era muy osco para ser un buen sirviente, una pena. Sin embargo, la experiencia fue productiva. Un impulso más a mis estudios.
Si tan solo tuviese en mi poder el tomo de mi familia, podría avanzar mucho más en poco tiempo. Pero mientras no sea así. Tendré que hacerlo por mi cuenta. Con la invitación que recibí a la torre tuve la oportunidad de conocer a más magos y acceder a sus bibliotecas. En ellas pude expandir más la información que tenía, investigué durante días mi intención era obtener una imagen clara de las improntas, un residuo tangible de los ecos. Por ello investigue, no solo en lo referente a la escuela de nigromancia, si no de la adivinación. Pero finalmente todo converge en la nigromancia. El poder la impronta de un muerto, el eco de lo que fue, vio, sintió. Permanece en el cuerpo incluso tras su muerte, aunque tras pasar los días se hace más disperso y finalmente llega a desaparecer. Manifestar esas emociones y ver a través de los ojos de la muerte. Tras días de investigación y de pruebas, finalmente puede inscribir el conjuro en mi libro, lo he probado con un pobre diablo que quiso robarme en el camino a Bayas Rathu, aun puedo oír sus gritos cuando mi daga arrancaba la piel de sus músculos, hacía tiempo que no hacia sufrir a un varón que se equivoca con una mujer drow. El conjuro funciona perfectamente, aunque intuyo que entre más reciente sea la muerte más efectiva será, tendré que probarlo con cadáveres que hayan pasado más tiempo muerto, seguiré indagando, este campo de investigación tiene aún mucho arrojar y que ofrecer.