Post by saskia on May 12, 2019 11:47:28 GMT 1
He sido succionada y vomitada en este mundo. Arrojada contra suelo y rocas, he abierto los ojos y nada de lo que había a mi alrededor me resultaba conocido. Supuse que me habían golpeado la cabeza y raptado.... aunque no sé qué clase de recompensa obtendrían por un aprendiz de sastre.
El caso es que, sea como fuere, había conseguido escapar, no ilesa, pero casi. Mis pasos me llevaron a una posada, el mejor lugar que uno pueda pensar para tratar de aclarar las ideas y sacar algo de información, al menos a cerca del lugar en el que te encuentras. Mi sorpresa fue de órdago cuando descubrí que no sólo no estaba en mi pueblo, ni tan siquiera en mi ciudad..... ni en el mundo que yo conocía.
Conocí esa noche a una mujer también arrojada a este mundo por una tormenta, ella lo tenía más crudo que yo, pues no habla ni sioquiera la lengua común, una especie de adivinadora que ama todo aquello que tenga que ver con las estrellas, posee un gato que se llama Astro. Stella Luminaris, ahora se ha convertido en mi amiga, aunque es desesperante a veces tratar con ella. Pongo a prueba mi paciencia pero, ni que decir tiene, que me ayuda mucho a practicar el lenguaje de signos que tan bien me vino en otra época y , ahora debo añadir, en otro lugar.
He ido conociendo a personas en este nuevo mundo. Un sal Lahire, que me produce escalofríos y al cual rodea un halo de misterio poco común. El Caballero Relen, un tipo que gracias a los dioses habla la lengua que habla Stella y que ha prometido tenerla bajo su ala de protección. Xhumira, qué puedo decir de esta extravagante mujer obcecada en que debo aprender a matar y que se comporta a veces como un animal y otras con una ternura infinita. Axel, hace mucho que no lo veo, uno de los primeros en tratar conmigo, Norteños y montañés me dijo que era, fue él quien me presentó a Stella. Oh, no puedo olvidarme de Zarrael, mi jefe, es un granuja donde los halla, y pocos confían en él, yo si... como de costumbre .... es posible que me meta en la boca del lobo pero, así soy yo, amiga de mis amigos. Acut, la conozco poco o nada, creo que es socia de Zarrael, es valiente y directa, pero no se fia de Zarrael. Narog, un tipo extraño, sus manos son armas peligrosas, le he visto golpear a corrosivos y soportar quemaduras que hubiesen hecho llorar a hombres de pelo en pecho. Zhurich, no la he visto fallar un flechazo, cuidó mi espalda en una misión, le debo ese reconocimiento, lo que tiene corto de estatura lo tiene de grande en valía. Camarada Tanya, qué puedo decir de una mujer fría, calculadora, echa al conservacionismo de las leyes, que no se sale un ápice de las mismas, orgullosa de su emblema, familia y lo que eso representa. Elendur ( creo recordar que ese era su nombre) Un hombre del bosque, al que encontré el primer día de llegar a este mundo, con el que hablé unas pocas palabras y al que no he vuelto a encontrar, los Dioses lo guarden. Ese orco verde.... y que luce un sombrero de pluma. Jefe de su tribo y que me propuso matrimonio. Que me lleven los demonios! Yo soy un espíritu libre. Pero me hace reir mucho.
Iré contando en este diario a quienes voy conociendo en este mundo y las cosas que me suceden. Has la fecha he realizado un trabajo y vivido una aventura que en jornadas subsiguientes pasaré a relatar. Ahora debo acostarme blanquea en el horizonte y apenas he cerrado los párpados, demasiadas emociones en poco tiempo... que si echo de menos algo? No, ya no. Aunque por vez primera la vida parecía sonreirme en mi antiguo mundo, esta no deja de ser una nueva oportunidad para empezar de cero y pienso aprovecharla.
Hasta nuestra próxima cita, Diario.
El caso es que, sea como fuere, había conseguido escapar, no ilesa, pero casi. Mis pasos me llevaron a una posada, el mejor lugar que uno pueda pensar para tratar de aclarar las ideas y sacar algo de información, al menos a cerca del lugar en el que te encuentras. Mi sorpresa fue de órdago cuando descubrí que no sólo no estaba en mi pueblo, ni tan siquiera en mi ciudad..... ni en el mundo que yo conocía.
Conocí esa noche a una mujer también arrojada a este mundo por una tormenta, ella lo tenía más crudo que yo, pues no habla ni sioquiera la lengua común, una especie de adivinadora que ama todo aquello que tenga que ver con las estrellas, posee un gato que se llama Astro. Stella Luminaris, ahora se ha convertido en mi amiga, aunque es desesperante a veces tratar con ella. Pongo a prueba mi paciencia pero, ni que decir tiene, que me ayuda mucho a practicar el lenguaje de signos que tan bien me vino en otra época y , ahora debo añadir, en otro lugar.
He ido conociendo a personas en este nuevo mundo. Un sal Lahire, que me produce escalofríos y al cual rodea un halo de misterio poco común. El Caballero Relen, un tipo que gracias a los dioses habla la lengua que habla Stella y que ha prometido tenerla bajo su ala de protección. Xhumira, qué puedo decir de esta extravagante mujer obcecada en que debo aprender a matar y que se comporta a veces como un animal y otras con una ternura infinita. Axel, hace mucho que no lo veo, uno de los primeros en tratar conmigo, Norteños y montañés me dijo que era, fue él quien me presentó a Stella. Oh, no puedo olvidarme de Zarrael, mi jefe, es un granuja donde los halla, y pocos confían en él, yo si... como de costumbre .... es posible que me meta en la boca del lobo pero, así soy yo, amiga de mis amigos. Acut, la conozco poco o nada, creo que es socia de Zarrael, es valiente y directa, pero no se fia de Zarrael. Narog, un tipo extraño, sus manos son armas peligrosas, le he visto golpear a corrosivos y soportar quemaduras que hubiesen hecho llorar a hombres de pelo en pecho. Zhurich, no la he visto fallar un flechazo, cuidó mi espalda en una misión, le debo ese reconocimiento, lo que tiene corto de estatura lo tiene de grande en valía. Camarada Tanya, qué puedo decir de una mujer fría, calculadora, echa al conservacionismo de las leyes, que no se sale un ápice de las mismas, orgullosa de su emblema, familia y lo que eso representa. Elendur ( creo recordar que ese era su nombre) Un hombre del bosque, al que encontré el primer día de llegar a este mundo, con el que hablé unas pocas palabras y al que no he vuelto a encontrar, los Dioses lo guarden. Ese orco verde.... y que luce un sombrero de pluma. Jefe de su tribo y que me propuso matrimonio. Que me lleven los demonios! Yo soy un espíritu libre. Pero me hace reir mucho.
Iré contando en este diario a quienes voy conociendo en este mundo y las cosas que me suceden. Has la fecha he realizado un trabajo y vivido una aventura que en jornadas subsiguientes pasaré a relatar. Ahora debo acostarme blanquea en el horizonte y apenas he cerrado los párpados, demasiadas emociones en poco tiempo... que si echo de menos algo? No, ya no. Aunque por vez primera la vida parecía sonreirme en mi antiguo mundo, esta no deja de ser una nueva oportunidad para empezar de cero y pienso aprovecharla.
Hasta nuestra próxima cita, Diario.